viernes, 20 de junio de 2008

Acabo de dejar rodar un billete de 10€

Ayer me acosté pronto, tenía demasiado sueño acumulado. Me desnudé, y me metí entre las sábanas... no tardé en sentir calor, así que desalmé las sábanas y me las coloqué a la altura del costado, como hacía hace alrededor de un año.
Conecté el mp3 para sustituir los pensamientos negativos que me acechaban por la narración de El Cid que Juan Antonio Cebrián me brindaba con su legado. El sueño me venció.

Hoy, como me lleva pasando ya un par de días, me ha despertado el calor... a las ocho de la mañana. ¡No es hora para despertar a alguien que no necesita madrugar!
Bueno, me he levantado y me he duchado. En el piso solo quedaba José Javier acostado, Iván ya se había ido el día de antes y Jose Carlos debía estar trabajando.
He recogido las pocas cosas que me quedaban para llevarme a Linares y he cerrado la maleta. Hoy me recogían en la universidad.

Después de desayunar, me he ido para la universidad. Otra vez los cascos en mis oídos y la música necesaria para entretenerme por el rutinario camino. Hoy tocaba escuchar Vetusta Morla

No me gusta enfrentarme a los problemas, lo reconozco. Si por mí fuera, preferiría quedarme sentado esperando a que se solucionen solos. Pero siempre termino enfrentándome a ellos. Hago las cosas como una obligación, intentando pensar que no hay otra opción y así (en la mayoría de los casos) casi siempre se terminan arreglando así las cosas y soy feliz después de haberme esforzado por arreglarlas.
Pero hay ocasiones en las que no existe nada que yo pueda hacer para arreglar los problemas y evitar situaciones en las que me sienta mal. Éstas veces me desespero... y lloro. No soporto no poder hacer nada y tener que esperar a ver como ocurre lo que no quiero.

Bajando por el camino de los árboles me he sentido así, las gafas de sol intentaban esconder las lágrimas sin éxito. Tampoco he querido secarlas, me sentaban bien. Es necesario depurarse por dentro cuando te sientes así.
Con la mirada en el suelo, he encontrado algo que me ha sorprendido, era un papel que ha pasado a mi lado rodando. Cuando me he fijado un poco mejor me he percatado que era un billete de diez euros.
Pero hoy no necesito diez euros, ni pueden ayudar a sentirme mejor, así que lo he dejado rodar un poco más, hasta otra persona a la que le haga más falta. Me he quedado un rato mirando de lejos a ver si alguien lo recogía y mentiría si os dijera que no pensé en volver a recogerlo, pero al final he continuado mi camino hasta el trabajo.

Me alegro de haber bajado a la universidad, esto está entretenidísimo y ha conseguido despejarme bastante. Hoy ha habido cierto fallo que provocaba, entre otras cosas, que algunos usuarios no pudiesen consultar sus notas... ¡En época de exámenes!
¿Como te quedas? ¡Muerta!

Algo se muere en el alma...


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